Sin pies fríos en invierno

Entramos en la temporada más fría del año para muchos países del mundo y con esta vienen también todos los cambios necesarios para resguardarnos de los diversos rincones gélidos de la casa.

Sin duda alguna, la habitación es ese lugar en el que pasamos más horas de descanso y relajación y es indispensable repasar todas las alternativas que respondan a la interrogante de cómo calentar la cama, para encontrar el equilibrio y la armonía durante la noche.

Es necesario saber que durante la noche todas las temperaturas internas (corporales) y externas (cama, habitación y medio ambiente) bajan considerablemente, pero es en el invierno cuando estos descensos se acentúan más, generando incomodidades físicas y hasta emocionales.

La aparición de alergias, resfriados, dolores musculares, nicturias, reumas y hasta insomnio son algunas de las consecuencias que el frío produce en el organismo de las personas durante el invierno, así que resulta primordial luchar contra el frío de la forma más eficiente posible.

Los primeros calientacamas

Desde siempre el hombre ha creado mecanismos para defenderse y protegerse de los cambios climáticos, a fin de conservar su salud y la de los suyos.

Para saber cómo se usa el calientacama viene bien comprender cuáles fueron los primeros antecedentes de esta tecnología. Estos se encuentran los antiguos recipientes de barro cocido o de cerámica, llamados caloríferos, que se usaban para templar las camas y las habitaciones.

Más adelante aparecieron los de cobre o latón, con orificios o descubiertos totalmente y con mango largo de metal o madera, que se usaban para esparcir el vapor del calor de piedras o ladrillos colocados en su interior y calentados al fuego de las cocinas, distribuyendo el calor de manera uniforme en las sábanas y cobijas de la cama.

Otro de los inventos del siglo XIX fueron las bolsas de agua caliente, elaboradas en látex o goma, que se utilizaban también como calientacamas y como terapia para aliviar los dolores musculares y articulares.

Calientacamas modernos

Actualmente, con las grandes innovaciones tecnológicas se cuenta con nuevas opciones para reducir el frío al momento de dormir.

Con la energía eléctrica el ser humano ha creado productos que satisfacen cada necesidad en el ámbito del control de la temperatura corporal y de la cama; tal es el caso de las esterillas, almohadillas y mantas eléctricas, la calefacción y otros mecanismos más.

En el caso de la calefacción eléctrica, aun cuando es un sistema, limpio, cómodo y eficiente en el proceso de calentar el aire frío de todos los espacios de la casa, es el más costoso.

Dentro de esta categoría se encuentran las esterillas eléctricas, que son una especie de alfombrillas que se colocan bien sea en la parte del cuerpo que se desea calentar o en la cama para precalentarla antes de dormir. Así mismo, algunas personas las suelen utilizar con fines terapéuticos, para aliviar dolores producto de contracturas musculares o articulares.

Entre las bondades de este producto se encuentra la capacidad de controlar el grado de calor mediante un termostato, controlado por un mando o interruptor de varias posiciones.

La manta eléctrica

como calentar la camaEntre los productos más sofisticados y anhelados por las personas en el invierno se encuentran las mantas eléctricas. Se trata de una especie de cobija con un aparato calefactor que proporciona un calor uniforme por toda la superficie de la manta.

Se diferencia de la esterilla eléctrica por el tamaño, ya que la esterilla es más pequeña y se usa para zonas específicas del cuerpo que se desean calentar.

Características

Para entender mejor cómo se usa la manta eléctrica es imprescindible conocer sus características principales. Su tamaño puede variar según las necesidades, adaptándose a los distintos tipos de cama.

Inicialmente estaba pensada para calentar la superficie de la cama y para ser usada directamente sobre la piel, y con el tiempo los materiales de los tejidos y telas han cambiado haciéndolas cada vez más suaves, cómodas y agradables.

¿Cuánto tiempo usar la manta eléctrica? Se recomienda encenderla cinco minutos antes de acostarse y programar la temperatura que se desea durante entre 1 a 12 horas. Hoy en día todas las mantas vienen con un temporizador que tiene desconexión automática para usarse por el tiempo que se quiera.

Su tecnología ha avanzado mucho, creando incluso mantas con pantallas LED para controlar a oscuras las distintas opciones.

Ventajas

Entre las ventajas que brindan estas mantas destaca que ofrecen mayor descanso y relajación al dormir por el calor que producen; además, ayudan a destensar los músculos y aliviar los dolores. Pueden usarse en cualquier lugar de la casa: en el sofá, en un sillón, en la cama o en donde desee el usuario.

Se pueden controlar las temperaturas de manera separada en cada lado de la cama y para cada persona, ya que cada quien tiene una necesidad corporal distinta al momento de dormir y esta incluso puede variar durante la noche.

Las que vienen con cable desmontable pueden ser lavadas a mano o en lavadoras que posean las opciones de tratamiento de lana o ropa delicada, siempre y cuando no se superen los 30°. Por esto podrás conservarla y mantenerla limpia siempre.

Desventajas

Entre algunas de las desventajas que posee este artefacto está el riesgo de sobrecalentamiento y quemaduras que pudieran sufrir personas que no tienen tanta sensibilidad en la piel o tanta posibilidad de reaccionar ante el dolor, como los bebés, los niños y los ancianos.

Existe preocupación por el riesgo de incendios que puedan producirse en mantas con mucho tiempo de uso y posibles daños como rasgaduras por el desgaste, ya que la combinación de los materiales inflamables como el tejido, con el calor y la electricidad son altamente peligrosos.

Recomendaciones

Entre las recomendaciones más importantes destaca verificar los materiales con los que están hechos las mantas y los calientacamas, ya que podrían afectar la piel por la emisión de calor a la que se estará expuesto.

También es importante verificar al momento de su compra que los artefactos cuenten con la certificación EAC, sea cual sea el país de su fabricación. De esta manera se asegura la calidad del producto.

Por último y no menos esencial, debe observarse el voltaje y el consumo eléctrico, a fin de evaluar la opción que mejor nos convenga en cuanto al gasto eléctrico.

 

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